lunes, 4 de junio de 2012

Percepción sobre la dimensión económica a partir de los recorridos realizados por la Comuna 2 – Santa Cruz



Fáber Alonso Gómez, líder de la Comuna 2

Hablar de la dimensión socioeconómica sin referirse a las demás dimensiones, es un ejercicio de escritura difícil de realizar. Todas y cada una de las dimensiones del desarrollo se relacionan, algunas de manera más directa y otras tangencialmente. Pero no podría hablarse solo de la dimensión socioeconómica sin tocar asuntos de orden sociopolítico cultural, y con mayor razón de la dimensión físico espacial natural. De hecho,  la mayoría de veces para poder determinar una dimensión se hace necesario evidenciarlo en la otra.


Desde la Comuna 2 - Santa Cruz se ha pensado el desarrollo económico como una propuesta para fortalecer el mercado de productos internos, con el fin de generar ingresos y empleo a sus habitantes para disminuir los índices de pobreza que presenta la Comuna.

Para todo lo anterior se ha partido de la premisa de que el desarrollo económico no implica acumular capital en manos de unas cuantas personas, sino en el mejoramiento de la calidad de vida de la gente.

Y es precisamente bajo esta condición que se realizaron varios recorridos por la Comuna, pretendiendo identificar sus potencialidades y limitaciones en el aspecto socioeconómico a partir de tres configuraciones territoriales: configuración crítica, configuración de espacios más establecidos y configuración de espacios más impactados por proyectos.

Se logran identificar  unos elementos comunes indistintamente de la configuración en la que se encuentren, pero también se logran evidenciar unas características muy marcadas y diferenciadoras en toda la Comuna, dependiendo del lugar donde se encuentre ubicada la persona, la familia o el grupo, porque también se percibe la forma de agruparse de acuerdo con la condición socioeconómica.

Tanto en la configuración crítica como en la establecida y en la más impactada por proyectos, es común identificar negocios o unidades productivas que dan cuenta de la vocación productiva y comercial que tienen los habitantes de la Comuna 2. Por lo menos así lo expresó Actuar Famiempresas cuando realizó un estudio de vocaciones productivas en el año 2006, estudio que, entre otras cosas, desde mi conocimiento y entendimiento, creo que quedó incompleto y además sesgado en relación con la cantidad de personas que abordó y con los lugares que se visitaron. Por tanto considero necesario realizar un nuevo estudio y análisis, máximo ahora que quienes se han interesado en este proceso han manifestado la intención de hacerlo, toda vez que hasta ahora están reconociendo lugares de los que en 2006 no tenían claridad si pertenecían o no a nuestro territorio.

Y cuando se habla de “vocación productiva” es muy importante que se analicen los orígenes de esa vocación, planteando si realmente  se tiene esa vocación o más bien ha sido la condición socioeconómica la que ha llevado a muchos a que, sin tener habilidades, ni formación en emprendimiento empresarial, negocios, manejos financieros, entre otros, por su situación económica se hayan visto abocados a utilizar el negocio, el comercio u otro tipo de actividad económica en el medio de subsistencia para sí y para la familia.

Cuando se revisa con juicio el promedio de ingresos que recibe una familia de la Comuna 2 y se compara con el promedio de gastos, es indiscutible que la diferencia es muy grande, lo cual, sin necesidad de ir más allá, da cuenta de una comuna con inequidad socio económica. Hecho que de entrada va en contravía con la premisa formulada, donde el mejoramiento de la calidad de vida llega a muy pocos y el aumento de las condiciones mínimas aumenta sobre todo en los márgenes de las quebradas en los diferentes barrios de la Comuna.

Habría que preguntarse entonces: ¿Cuál será la estrategia o proyecto que realmente sea equitativo, o que por lo menos permita tener la oportunidad de mejorar la calidad de vida de los habitantes de la Comuna 2?

Todo lo anterior, sin contar con la cantidad de industria que se gesta al interior de nuestra Comuna, pero que no beneficia a sus habitantes. Se refiere esta a la cantidad de industria establecida en uno de los lugares más críticos de la Comuna, la carrera 52 entre calles 96 y 126. Situación que ha llevado a la generación de problemas de movilidad, salubridad e incluso de seguridad.

Basta con observar el progresivo aumento de todo tipo de negocios, sobre todo en los lugares impactados por proyectos, para poder reconocer la importancia de una actualización diagnóstica, pero con una intención clara. No diagnosticar por diagnosticar.

Es indiscutible que cada que se realiza un recorrido por la Comuna se encuentran nuevas cosas para reflexionar y analizar en perspectiva de desarrollo. En esta ocasión teniendo como mira objetiva el desarrollo económico, se logra percibir que si bien en los últimos años se han logrado avances significativos en materia de corredores comerciales y de negocios, tampoco se puede ocultar una realidad que está más allá de las centralidades, la que se encuentra allá al borde de las quebradas, en las zonas de riesgo físico, pero también de riesgo social.  Allá donde no han impactado los proyectos. Inclusive donde han llegado los proyectos pero se han maquillado las realidades para vender al mundo una idea diferente.

Es claro que se han generado acciones en favor de nuestra Comuna, pero también es claro que es necesario empoderar más a la gente del común para que ante la Administración Municipal se realicen las gestiones pertinentes para que, si no es en igualdad, por lo menos en equidad se logre mejorar la calidad de vida de las personas de la Comuna 2. Calidad de vida que queramos o no está relacionada con el nivel socioeconómico de los habitantes.

Es urgente que desde el componente socioeconómico se empiecen a realizar acciones que favorezcan el mejoramiento de las unidades productivas, comerciales y de servicios de la Comuna. Pero también es supremamente urgente que se toque el tema de los ingresos familiares en relación con los gastos que se tienen en una ciudad que cada día se pone más a la vanguardia de las grandes ciudades del mundo. No basta solo con tener corredores comerciales y zonas rosas, también se requiere revisar la procedencia de los dineros de los compradores y obviamente se requiere realizar ejercicios pedagógico-educativos sobre las finanzas familiares.

Y sobre el otro tema, creo que lo que se está construyendo es un monstruo silencioso que en algún momento puede despertar. Esperemos que no suceda una tragedia similar o peor a la que narra Fedor Dostoievsky en Crimen y Castigo.

La Comuna 2, así como todas las comunas de la zona y de la ciudad, merece estar al nivel de desarrollo de Medellín y no siempre entre las de menor índice de calidad de vida. A la Comuna 2 le pasa lo mismo que a los barrios de la Comuna: aquellos que están en los extremos son los menos desarrollados. Igual pasa con la Comuna, que por no estar en el centro o al sur sus índices de calidad de vida siempre han estado por debajo de las demás comunas.

Creo que el desarrollo de las ciudades debería medirse no por el crecimiento en las zonas reconocidas o de impacto, sino porque desde una perspectiva de equidad toda la ciudad se desarrolla paulatinamente pero sin diferencias tan marcadas.

Es hora de revisar las propuestas que hasta la fecha se han venido presentando, realizarles los ajustes pertinentes y estructurar una propuesta de real impacto y seriedad en torno a la dimensión socioeconómica para la Comuna 2, la zona y la ciudad.

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