“Desarrollo como construcción sociocultural, múltiple,
histórica y territorialmente contextualizado” [1]
El tercer enfoque de desarrollo
alude a unas intencionalidades definidas por grupos de actores
múltiples, pero con gran incidencia de aquellos que habitan los territorios.
Sus características se distancian de las del enfoque de desarrollo convencional,
cuyos referentes principales son la contribución al crecimiento económico, la
competitividad y posicionamiento territorial en un mundo globalizado. Por su
parte, incluyen en su propuesta, la comprensión de las necesidades humanas
desde el enfoque de desarrollo a “Escala Humana” formulado por CEPAUR, y sus
características remiten a potenciar un proceso del hábitat humano.
Hábitat del
habitar…” como territorio
étnica, grupal y socialmente significado[2]
Uno de las grandes elaboraciones para la
construcción del proceso gira en torno a la construcción del concepto de
hábitat y del reconocimiento de su pertinencia para las Comunas y de su correspondencia
y potencialidad frente a sus vivencias, expresiones, materialidades,
necesidades, aspiraciones y sentidos. En tal sentido, a continuación se esbozan
algunos elementos preliminares de dicha noción, la cual amplía nociones
escuetas como las que se han trabajado alrededor de una mirada funcional o
tecnocrática de asuntos tan claves como la espacialidad vecinal, colectiva y
pública, la ciudad, la vivienda, entre otros.
Las elaboraciones sobre el hábitat del habitar
buscan precisamente diferenciar cualitativamente un enfoque en torno a:
El ser humano como centro en tanto como sujeto individual y colectivo del hábitat.
Los derechos como principio substancial del hábitat y el habitar humanos.
La coexistencia simultáneas de escalas en la constitución y relaciones del hábitat.
El hábitat como lugar de encuentro entre el ámbito de lo simbólico, de las socialidades y de vida cotidiana y el ámbito de lo social, lo político y los institucional.
La gestación territorial del hábitat como derivación del encuentro entre distintos sentidos y lógicas, tanto de sus habitantes como de otros actores que atraviesan el territorio.
La comprensión del hábitat desde los territorios del habitar o como territorios-hábitat.
La trascendencia del hábitat, más allá de la casa, el vecindario o el barrio.
La interrelación y mutua conformación entre habitantes, habitares, hábitos, habilidades y habitaciones.
La esencia de la vivienda desde el hábitat, más allá del viviendismo, como “vivienda en clave de hábitat”.
La flexibilización de las nociones de vivienda y espacio público, indagando por esos otros significados y funciones desde el habitar.
La sostenibilidad integral del hábitat, además de lo ambiental, como proyección futura desde lo social.
La asequibilidad de la vivienda, desde la habitabilidad, adaptabilidad, proyección futura y sostenibilidad a la cual se accede.
El rol social de la vivienda como soporte al desenvolvimiento de sistemas flexibles y diversos de vida humano.
La flexibilización e integración de sistemas diversos de producción del hábitat.
El ser humano como centro en tanto como sujeto individual y colectivo del hábitat.
Los derechos como principio substancial del hábitat y el habitar humanos.
La coexistencia simultáneas de escalas en la constitución y relaciones del hábitat.
El hábitat como lugar de encuentro entre el ámbito de lo simbólico, de las socialidades y de vida cotidiana y el ámbito de lo social, lo político y los institucional.
La gestación territorial del hábitat como derivación del encuentro entre distintos sentidos y lógicas, tanto de sus habitantes como de otros actores que atraviesan el territorio.
La comprensión del hábitat desde los territorios del habitar o como territorios-hábitat.
La trascendencia del hábitat, más allá de la casa, el vecindario o el barrio.
La interrelación y mutua conformación entre habitantes, habitares, hábitos, habilidades y habitaciones.
La esencia de la vivienda desde el hábitat, más allá del viviendismo, como “vivienda en clave de hábitat”.
La flexibilización de las nociones de vivienda y espacio público, indagando por esos otros significados y funciones desde el habitar.
La sostenibilidad integral del hábitat, además de lo ambiental, como proyección futura desde lo social.
La asequibilidad de la vivienda, desde la habitabilidad, adaptabilidad, proyección futura y sostenibilidad a la cual se accede.
El rol social de la vivienda como soporte al desenvolvimiento de sistemas flexibles y diversos de vida humano.
La flexibilización e integración de sistemas diversos de producción del hábitat.
“Construcción
social del hábitat” más allá de una política de producción de vivienda[3]
La noción “construcción social del hábitat” se refiere al conjunto de
dinámicas y acciones realizadas por distintos actores, que son guiadas por
intencionalidades y horizontes de sentido compartidos entre ellos, y que
consultan las lógicas del habitar humano en territorios específicos y las
posibilidades, expectativas, requerimientos e imaginarios de sus habitantes;
por lo tanto, los involucran directamente en los procesos de planeación,
gestión y/o producción, en los cuales éstos aportar sus saberes acumulados
durante largo tiempo y el conocimiento específico de sus territorios,
potencialidades, conflictos y alternativas viables, en función del mejoramiento
de su calidad de vida, -a partir de estándares propios y no por aquellos
impuestos por el mercado-, y del mejoramiento de sus mismos hábitats.
Las características de las dinámicas referidas a la construcción social
del hábitat, son las propias del desarrollo entendido como “construcción socio
cultural, histórica y territorialmente referenciada” (tercer enfoque del
desarrollo) y se contraponen a las orientadas exclusivamente por las lógicas
del desarrollo convencional, del mercado y la competitividad.
Algunos de los resultados logrados en hábitats socialmente construidos
son:
Relación sistémica de dinámicas económicas, políticas, sociales, culturales y espaciales.
Interacción “aceptable” entre procesos naturales y sociales.
Posibilidades de satisfacción de las necesidades humanas de manera compleja y existencial.
Disminución de factores riesgo por mitigación de amenazas y disminución de vulnerabilidades.
Sentido de identidad, pertenencia y afiliación por parte de los grupos humanos.
Significación y arraigo.
Posibilidad de la población de permanecer durante más tiempo en ellos.
Flexibilidad relativa en sus estructuras físico espaciales.
Diferentes sistemas de construcción, tenencia, producción y financiamiento.
Formas estéticas resultantes del significado y cuidado, no de estándares comerciales.
Relaciones dialógicas y complementarias entre elementos tradicionalmente concebidos como opuestos.
Relación sistémica de dinámicas económicas, políticas, sociales, culturales y espaciales.
Interacción “aceptable” entre procesos naturales y sociales.
Posibilidades de satisfacción de las necesidades humanas de manera compleja y existencial.
Disminución de factores riesgo por mitigación de amenazas y disminución de vulnerabilidades.
Sentido de identidad, pertenencia y afiliación por parte de los grupos humanos.
Significación y arraigo.
Posibilidad de la población de permanecer durante más tiempo en ellos.
Flexibilidad relativa en sus estructuras físico espaciales.
Diferentes sistemas de construcción, tenencia, producción y financiamiento.
Formas estéticas resultantes del significado y cuidado, no de estándares comerciales.
Relaciones dialógicas y complementarias entre elementos tradicionalmente concebidos como opuestos.
[1] Para estos lineamientos preliminares se tomaron como punto de
partida las proposiciones desarrolladas por M. C. Múnera L., Escuela del
Hábitat CEHAP UNAL. Estos elementos serán
posteriormente desarrollados a partir de la ponencia “La participación en la
sociedad como base del desarrollo” presentada por María Cecilia
Múnera López y Liliana María Sánchez Mazo en XI Seminario Internacional de la
Red Iberoamericana de Investigadores sobre Globalización y Territorio (RII),
realizado en Mendoza, Argentina en Octubre de 2010, al interior del grupo
temático número 3 - Desarrollo territorial, políticas y participación. Dicha
ponencia extrae apartes de los libros “Resignificar el Desarrollo” y “De la
participación destructora a la participación sinérgica” por María Cecilia
Múnera López
[2] Para estos lineamientos preliminares se tomaron como punto de
partida las proposiciones desarrolladas por M. C. Echeverría, Escuela del
Hábitat CEHAP UNAL.
[3] Tomado de la ponencia
“Construcción social del hábitat más allá de una política de producción de
vivienda” presentada por María Cecilia Múnera López profesora Titular de la
Universidad Nacional de Colombia - Sede Medellín, Facultad de Arquitectura,
Escuela del Hábitat-CEHAP y Liliana María Sánchez Mazo, profesora Asociada de
la Universidad de Antioquia, Facultad de Ciencias Sociales y Humanas,
Departamento de Trabajo Social, en el primer Congreso sobre “Hábitat popular e
inclusión social” realizado en Quito, Ecuador en Julio de 2009 y publicada en
el libro: “Trabajo y políticas de vivienda en América del Sur”, editado por la
Secretaría general de FLACSO y la Fundación Carolina, en Quito, Marzo de 2011.
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